El trabajo artístico de Carlos Motta produce otro relato histórico, (una historia que no ha sido contada), que reivindica los cuerpos “antinaturales” como cuerpos del cosmos, de lo colectivo y de lo ritual. Por ejemplo la obra Nefandus (2013), compuesta por figuras precolombinas homoeróticas cubiertas de oro que exploran la imposición de las categorías epistemológicas europeas sobre culturas nativas durante la conquista española y portuguesa de las Américas, y un vídeo donde el artista nos introduce en otro momento de la historia para inscribir otras categorías de “lo homosexual” a través de la creación de mundo que permite el vídeo como lenguaje. En ambos casos, el artista recupera signos, acontecimientos e historias que entran en diálogo con coyunturas sociales situadas en el presente, con el fin de generar obras artísticas que hacen evidente su compromiso con el activismo y con la comunidad LGBTIQ+.
CAC Quito – Pablo Jijón.
Con la videoinstalación Deseos غبات ( Deseos) escrita por Maya Mikdashi y Carlos Motta, nos trasladamos al siglo XIX. Parte documental y parte ficción, la película presenta una correspondencia imaginaria entre Martina y Nour. Dos mujeres separadas por la geografía, la cultura y la religión, y cuyo único vínculo es el intercambio epistolar. Las palabras las acercan a las realidades de cada una, y en sus relatos estas realidades construyen sentido y encuentran un mundo propio. A través del intercambio de correspondencia se crea un espacio de resiliencia y resistencia; la escritura en este sentido, funciona como una estrategia para crear un espacio de libertad para identidades queer.
Martina y Nour enfrentaron las consecuencias por comprometerse en relaciones del mismo sexo y desafiar las normas de género durante el siglo XIX. Martina es una mujer colombiana que a principios de 1800 fue juzgada por ser hermafrodita; la denuncia provino de su pareja sentimental, Juana María. Esta historia está documentada en el caso legal de 1803 que se encuentra en el Archivo General de la Nación en Bogotá, Colombia. Nour, en cambio, durante el Imperio Otomano, contrae matrimonio con el hermano de su amante lesbiana Aisha en un intento por salvaguardar su amor. A pesar de que la historia de Nour no ocurre en un tribunal ni se encuentra documentada, las leyes y cultura islámica determinan su narrativa.
CAC Quito – Pablo Jijón.
En una de las cartas, Martina escribe sobre su libertad y cómo este concepto se condiciona según las experiencias de los sujetos. Dice que la libertad es una ilusión en su condición de mujer, pobre y lesbiana. Sin embargo, también menciona que algo incierto pero anhelado se avecina, que se debe creer en el futuro; que las injusticias pueden repararse y que el poder se puede invertir; que la perseverancia, las aspiraciones y las luchas personales pueden abrir caminos inesperados (…). Como menciona Angela Jones en su libro Una investigación crítica sobre las utopías queer (2013), “es difícil luchar sin aspiraciones, y las aspiraciones son difíciles de lograr sin darles algún tipo de forma. Podemos recordar que la raíz latina de la palabra ‘aspirar’ significa ‘respirar’. Creo que la lucha por una vida soportable es la lucha para que los sujetos LGBTIQ+ tengan espacios para respirar(…) Con la respiración viene la imaginación. Con la respiración surgen las posibilidades. Si la política queer se trata de libertad, podría significar simplemente la libertad de respirar”.
Deseos / رغبات
En la película, la alegría, la amistad, la intimidad y el deseo son actos políticos radicales; se presentan sin términos ni palabras, inventan relaciones que todavía no tienen forma, que se construyen en base a la amistad, delinean toda una experimentación de construcción de otros territorios del deseo donde no existe intención de precipitar nada, pero al mismo tiempo nos sentimos dispuestos a darlo todo. Estas relaciones hacen cortocircuito e introducen el amor donde se supone que solo hay miedo, ley, regla o hábito. A través de este intercambio de correspondencia, se instauran otros campos de intimidad, los autores abordan el deseo y el relato de la historia de la misma manera en la que uno puede acercarse a un amante: con ternura, asombro, ansiedad, anticipación, urgencia y alivio.
Nur y Martina nos dejan con la esperanza -tal vez ingenua- de que inventaron otra especie de amor. Nos quedamos soñando con la posibilidad de otras escenas. Suely Rolnik , comenta que, por ahora, poco o nada sabemos acerca de ese tipo de amor. Las franjas de frecuencia de ese inusitado viaje aún no están bien sintonizadas. Hay ruidos, sonidos inarticulados y muchas veces no soportamos la espera hasta que una composición se cree: en nuestra prisa por oírla, corremos el riesgo de componer esos sonidos con viejos clichés. Sin embargo existen momentos en que, desavisados, conseguimos soportarlo y descubrimos, con cierto alivio y frescura, que de la convivencia desencontrada de esas figuras se destila una nueva especie de amor, una nueva suavidad.
El Centro de Arte Contemporáneo de Quito (CAC Quito) presenta hasta el 28 de septiembre la muestra colectiva ‘UTOPÍAS’, que reúne 16 propuestas artísticas en el marco del Orgullo LGBTIQ+. Una de las propuestas exhibidas es la videoinstalación ‘Deseos’ (2015) del artista colombiano Carlos Motta (Bogotá, 1978). La exposición busca preguntar abiertamente lo que podría parecer una utopía queer / cuyr, entendiendo lo cuyr como eso que nos permite sentir que este mundo no es suficiente, que de hecho algo hace falta. Utopías es esencialmente el rechazo de un aquí y un ahora, una insistencia sobre la posibilidad para construir otros mundos, otros futuros, otros entornos.– Edu Carrera