“Cuerpo a cuerpo, codo a codo o frente a frente, alineados o enfrentados, la mayoría de las veces solamente mezclados, tangentes, teniendo poco que ver entre si. Aun así, los cuerpos que no intercambian propiamente nada se envían una gran cantidad de señales, de advertencias, de guiños o de gestos descriptivos. Un aspecto buenazo o altivo, un crispamiento, una seducción, un decaimiento, una pesadez, un brillo. Y todo lo que se puede decir con palabras como “juventud” o “vejez”, como “trabajo” o “aburrimiento”, como “fuerza” o “torpeza”… Los cuerpos se cruzan, se rozan, se apretujan. Toman el autobús, atraviesan la calle, entran en el supermercado, suben a los coches, esperan su turno en la fila, se sientan en el cine después de haber pasado delante de otros diez cuerpos.” – Jean Luc Nancy, 58 indicios sobre el cuerpo.

Nota editorial: El 25 de noviembre, en las calles de Quito que unen la Plaza de Santo Domingo y el Arbolito, cuerpos se juntaron codo a codo, rozándose los brazos, tocándose las manos, uniendo voces. Hubo más que refranes, motivos y acuerdos. Hubo pieles, y gestos de complicidad en un pasar de hoja o en la sonrisa desprevenida tras un cartel. El 25 de noviembre saltamos y corrimos con gente nueva, con pies que en otras circunstancias no se cruzarían con los nuestros. Un apretamiento deseado e intencional. Nos pusimos unxs al ladxs de otrxs, atrás de otrxs, y seguimos la misma dirección. Este ensayo fotográfico encuentra momentos de unión, en el que los cuerpos juntxs hablan.

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